Simplifica, estúpido!

Al final, nos hemos vuelto expertos en el arte de hacer difícil lo fácil y complicado lo simple.

Lo curioso es que la vida nos enseña, una y otra vez con infinita paciencia (eso si, subiendo el volumen cada vez…), que no es necesario enrevesar las cosas para hacerlas agradables / disfrutables / dignas de nuestra atención / mostrables en público, y que el volver a los orígenes en los que lo esencial era lo único necesario para vivir (sin ningún tipo de adjetivo al lado, tales como “dignamente”, “feliz”, “cómodamente”, etc.), es la única tarea en que podríamos invertir algo de tiempo y esfuerzo para ver algún tipo de efecto benigno…

Dispersiones

Es curioso lo que ocurre cuando me doy cuenta de lo que hago. Al acabar de leer la frase anterior, se puede pensar “pero, no nos damos cuenta de lo que estamos haciendo acaso?” Parece que no. El poder dejar la corriente contínua de actividades y pensamientos hace que pueda ver con algo más de claridad que muchas de las acciones que llenan mi tiempo son una simple sucesión de hechos inconexos, y que al volver a la verdadera motivación que me impulsa, me percato de su futilidad y muchas veces, de su falta de sentido. Afortunadamente, ahora lo puedo ver, aunque no con la frecuencia que me gustaría. Pero bueno, vamos poco a poco, paso a paso. Al menos puedo saber cuando me estoy desviando así no me de cuenta en el preciso instante en que esto ocurre.

Viajar ligero por la vida

Desde hace bastante tiempo estoy algo, digamos, obsesionado con el no arrastrar cargas ni pesos innecesarios. Y por ello cada vez más trato de llevar un estilo de vida acorde a este deseo. No es fácil. Toda una vida de acumulación y miedo de perder o de no soltar “por si acaso” dejan su huella. Sin embargo, poco a poco, con paciencia y humor, voy aprendiendo a no ser tan radical y a soltar sin volverme loco.

Hoy fue uno de esos días en los que mi intención de ir ligero de equipaje fue más patente que nunca: unas amigas de Sol regresaban a sus respectivos países después de pasar un par de años aquí estudiando y aprendiendo. Sin embargo, a la hora de facturar las maletas, comenzaron los problemas: exceso de peso, objetos con un valor sentimental grande que se resistían a dejar, así fueran viejos y casi inservibles, el drama de tener que elegir bajo presión, la carrera contra el reloj…

Sé que no es tan fácil deshacerse de muchas cosas materiales, sin embargo, la experiencia que presencié me hizo reflexionar y ver que voy por buen camino. Si bien todavía estoy apegado a ciertas cosas y me produce tedio el pensar en regalar/vender/donar/tirar mucho de lo que tengo, cada día que pasa agradezco el necesitar menos y ser feliz con lo que tengo, sin ansiar nada fuera de mi alcance y aprovechando al máximo todas las sensaciones y el disfrute que aquello que me es cercano, materialmente hablando, me produce.

La búsqueda incesante de placeres y emociones “fuertes” puede ser gratificante durante un tiempo, pero si nos convertimos en adictos a ellos / as, terminaremos por no disfrutar nada y el volvernos esclavos de la novedad. Créanme: es una adicción como cualquier otra: el ir saltando de un interés a otro sin poder o querer parar, sin darse la oportunidad de saborear cada “bocado” no es muy agradable que digamos, además de caro y poco ecológico… Y al final, siempre pasa lo mismo: el vacío que queda es aún peor que cuando comenzamos.

Las experiencias, como diría mi querido amigo Luis, no ocupan espacio, no pasan de moda, no consumen electricidad, duran toda la vida y nos producen la misma agradable alegría cuando las recordamos o revivimos. Me gusta acumular experiencias y vivir sin amarrarme a aquello que no merece la pena.

Bien decía mi padre que “No es más rico el que más tiene, sino el que menos necesita”: Sabias palabras…

La mirada sueca (o cómo decir verdades sin tapujos)

Lo vengo diciendo hace mucho tiempo, sin embargo, se me acusa de radical, de exagerado, y de no tener en cuenta “la flexibilidad y la creatividad locales”. De todas formas, como nadie es profeta en su tierra, hace falta que venga alguien de fuera para decir lo que todo el mundo sabe, pero con lo que nadie se mete. Todavía recuerdo una vez que propuse una racionalización de horarios en una empresa en la que trabajé y todos los jefes me respondieron al unísono: “Es imposible! El negocio no funcionaría.” Lo increíble es que funcione viendo lo que pasa en realidad. Juzguen ustedes y saquen sus conclusiones.

Más allá del todo o nada

Curiosamente, hoy descubrí, con un poco de ayuda, que es posible dedicarme a muchos de mis hobbies y aficiones sin renunciar a nada. La idea es muy seductora, porque creo que no hay razón válida para tener que renunciar a mis talentos por uno sólo de ellos.

Voy a probar a ver qué tal funciona. La idea es fijar una meta y al alcanzarla, cambiar de tarea, combinándola con “pequeños divertimentos” para no aburrirme. Es curioso, pero nunca se me había ocurrido este enfoque, porque en esta era de especialización extrema, si no eres experto en algo, no eres nadie, pero eso le quita toda la diversión y el gusto a la vida!

Qué es lo que nos motiva?

Una interesante visión sobre las verdaderas causas de la motivación, que desafortunadamente casi nadie tiene en cuenta en esta sociedad mercantilista en la que vivimos.

Daily Stack

La famosa lista “To Do” reinventada. Una buena forma de saber qué es lo que hemos hecho durante el día de manera visual, gráfica e inmediata. Lástima que sea sólo una prueba de concepto. Lo malo? Que no es muy portátil que digamos… (No me imagino llevando por ahí los cubitos, triangulitos y demás!)

Simplificar

Este año he decidido poner en marcha (por fin) un proyecto que tenía pensado (y archivado) hacía ya bastante tiempo. He decidido darle una vuelta a todo mi entorno, tanto interno como externo, y simplificar mi vida para solamente centrarme en lo importante. Parto de la premisa de haber reconocido estar inmerso en un mundo auto-creado de distracción constante, y retroalimentado constantemente por el temor de explorar terrenos desconocidos. Es una consecuencia directa de la racionalidad extrema que nos caracteriza en estos tiempos. Nos aferramos a lo conocido, porque creemos que es lo único que existe.

Durante este año escribiré regularmente mis progresos, aunque no continuamente. Todo ello depende de cómo se desarrolle el proyecto. He establecido algunas condiciones básicas para comenzar:

1. Limitaré por completo las compras, exceptuando aquellas cosas que sean imprescindibles o completamente necesarias. Esto traducido significa que no habrá compras por impulso, tanto online como offline. Por cosas imprescindibles o necesarias entiendo aquellos artículos necesarios para garantizar la supervivencia, como comida, vestido (sólo cuando alguna prenda ya no pueda ser usada por deterioro o daño irreparable) y calzado.

2. Controlaré el tiempo que paso online. Me he dado cuenta que paso muchas horas frente a la pantalla sin hacer mayor cosa, navegando sin rumbo o sin un propósito definido. A partir de ahora me conectaré únicamente para escribir en mis blogs, ver el correo, buscar información específica o comunicarme con amigos o familia, siempre concertando de antemano una cita. (Es decir, se acaba el estar conectado todo el día a ver si aparece alguien…)

3. He cancelado mis suscripciones a newsletters y feeds de noticias, además de dejar mi bandeja de entrada a cero. Descubrí que estaba recibiendo y archivando correo que nunca leía, por aquello de “lo haré después, cuando tenga tiempo”, cosa que como todos sabemos, nunca ocurre. Mi idea es ponerme al día con lo que tengo  luego consideraré la posibilidad de seguir recibiendo más información.

4. Ejercicio mínimo 30 minutos al día. Creo que esto se explica por si sólo. Me concentraré en Yoga, caminar o pasear y andar en bicicleta.

5. Terminar (o continuar) lo inconcluso. Tengo un disco que comencé a grabar hace ya casi 5 años que quiero terminar. Lo mismo con un curso de portugués y otro de japonés. También hay dos certificaciones técnicas que comencé a preparar y no he finalizado. No más objetivos en la lista hasta terminar los anteriores, aparte del plan de vida que estamos diseñando con Sol. (Más sobre eso en otro post).

6. Más lectura y actividades offline: He ido acumulando libros sin leer por estar mucho tiempo en el punto 2. Por otra parte, hemos descubierto lo mucho que nos gustan y estimulan los juegos de mesa, esos que no necesitan actualizaciones, parches o esperar a que se recarguen las pilas del mando para jugarlos… Las cometas también recuperarán su lugar (dentro del punto 4 por ejemplo).

5. Meditación y tiempo para mi mismo: Esto es algo que siempre dejo para más tarde, aunque últimamente lo hago más a menudo. No hay necesidad de retirarse a ningún lugar apartado para estar cinco minutos (o más) aquí y ahora.

6. Televisión al mínimo: Como ya he contado antes, no me gusta la televisión y he perdido paulatinamente el interés por las series que solía ver. Como a Sol si le gusta, podemos compatibilizar para ver algún capítulo suelto o un rato al día, que no supere nunca la hora de duración.

7. Al menos una actividad en pareja al día: Pueden ser juegos de mesa, caminar, cocinar, etc.

Por último, esto no pretende ser un método universal apto para todos. De una cosa que me he dado cuenta es que estas mal llamadas “guías milagrosas” no existen. Hay que ponerse en el trabajo de estudiarnos y ver cómo podemos mejorar de acuerdo a nuestros propios impulsos y necesidades. Lamento decepcionarlos / as, pero lo que cuente aquí está diseñado sólo para mi. Si a alguien le ayuda a salir adelante, me encantará saberlo!

Evidentemente, todo se irá ajustando sobre la marcha, porque la experiencia me ha enseñado que los planes casi nunca salen como nos los imaginamos…