Muy pequeños…

En esta secuencia de fotos se ve el centro de la Vía Láctea mientras cruza el firmamento grácilmente durante una noche de insomnio y asombro. Somos muy, muy pequeños, pero a veces lo olvidamos y creemos que podemos influir como dioses en el devenir de la vida. Una buena forma de recordar donde estamos…

Atlas Profilax (V)

Finalmente, la semana pasada no pude ir a Barcelona a efectuar la visita de control por temas logísticos. Sin embargo, noto que la curva de “acción” de la terapia de alguna manera se ha aplanado: en otras palabras, los beneficios o consecuencias no son tan aparentes como antes. Mi postura, aunque mejor, al parecer ha ido regresando un poco a la posición anterior, es decir, los hombros recogidos sobre el pecho. A pesar de haber cambiado de colchón y almohada, todavía tengo algunas molestias en la espalda, aunque no con la intensidad de antes, pero que no han desaparecido. Por lo demás, no hay más cambios reseñables que valga la pena mencionar. Es como si el cuerpo estuviera en un estado de “meseta”, aunque no descarto nuevas manifestaciones en el futuro, dadas las recomendaciones y comentarios de la Atlas Prof responsable de la terapia. Amanecerá y veremos…

Atlas Profilax (IV)

Ya van dos semanas largas después de haberme aplicado la técnica. El dolor en la nuca casi ha desaparecido, aunque si presiono sobre la zona, vuelvo a sentir alguna molestia. Sigo con secreción nasal, aunque en menos cantidad, y he experimentado algunos dolores en el lado izquierdo del pecho, de carácter intermitente. He tenido algo de tos y sensación de congestión en la zona del pecho de baja intensidad. La próxima semana iré al control en Barcelona para ver cómo ha evolucionado todo.

Atlas Profilax (III)

Más datos sobre los efectos del tratamiento: estoy experimentando congestión nasal, sensación de líquido en los oídos y malestar similar al de un catarro, sin sentir el cansancio asociado a él, es decir, creo que puedo asegurar que no estoy confundiendo los síntomas. El dolor de espalda ha bajado en intensidad, pero no ha desaparecido, al igual que el del punto de presión del cuello. Ayer tuve un poco de dolor de garganta, que pensé se debía a un cambio brusco de temperatura, pero hoy he comprobado que se debe a que como tengo congestionada la nariz, estaba respirando por la boca y hablando bastante (he tenido que impartir cursos durante esta semana). La intensidad ha disminuido considerablemente hoy, al poder respirar con un poco más de normalidad. Sol sigue evolucionando, aunque lentamente.

Atlas Profilax (II)

Hace ya 7 días que nos sometimos a la sesión de reubicación del Atlas en Barcelona. Como comenté en la entrada anterior, al principio noté una ligera mejoría en la postura, pero no hubo más “signos” del tratamiento. Sin embargo, desde el fin de semana estoy experimentando un dolor de intensidad moderada en la parte media de la espalda, algo así como una sensación de cansancio generalizado, así como algo de tensión en el cuello y los hombros. El dolor donde me aplicaron el aparato todavía no ha desaparecido, cosa que, según me dijo la Atlasprof cuando la llamé, es perfectamente normal, por tener una “contractura crónica” en la zona.

Sin embargo, la que peor lo está pasando es Sol. Ha tenido mareos, dolor de espalda y cabeza, sensación de llenura, muchísima secreción nasal y desánimo generalizado, con frecuentes cambios de humor. Todo esto está dentro de lo previsto, según me explicaron. Al parecer, entramos en la fase de “actuación” de la técnica, donde comienza realmente a notarse el efecto que tiene sobre el cuerpo.

Vamos a ver cómo nos va durante la semana.

Atlas Profilax (I)

Hace unas semanas estuve en Colombia recibiendo un entrenamiento muy especial (del que posiblemente hable más adelante) en “técnicas de comunicación” y entre las muchas ideas y comentarios que surgieron, apareció el término Atlas Profilax. No voy a hablar de la técnica ni de su creador, porque hay bastante información en Internet al respecto. Lo que quiero relatar son mis experiencias al haber pasado por las manos de un (una para ser más precisos) Atlasprof, es decir, una persona formada para aplicar la técnica, ya que me he encontrado con los dos extremos en la red: o información totalmente negativa o muy vaga sobre sus efectos y resultados. Así que quiero, en primera persona, contar lo que ocurrió y las reacciones de mi cuerpo antes y después del tratamiento.

Lo primero es concertar una cita con el o la Atlasprof más cercano o conveniente. Como en la región donde vivo no hay ninguno, decidí ir a Barcelona donde está la persona que se ha convertido en la mano derecha del creador de esta terapia en los países de habla hispana, con el deseo de que fuera él quien me administrase la técnica. Tuve un inconveniente con esto, ya que concertada la hora y el día un mes atrás, me llamaron unos días antes (pocos por ser Semana Santa) para decirme que no podia verme (vernos, porque fui con mi esposa), así que sugerí mover la cita un día antes, cosa que tampoco fue posible. Afortunadamente, había una excelente alternativa, como pudimos comprobar después, y todo se solucionó sin mayores problemas.

La consulta donde fuimos está cerca a la Plaza Cataluña, en un edificio antiguo. El local es muy agradable y cómodo. Nos recibió una recepcionista servicial, mientras llegaba la Atlasprof que nos iba a atender. Al cabo de unos minutos, estabamos recibiendo la explicación de en qué consistía el tratamiento, sus efectos, beneficios y demás, así como una explicación pormenorizada de lo que iba a ocurrir.

Al entrar a recibir la terapia, que sólo requiere de una sesión, se hace un pequeño examen ortopédico para determinar donde está la desviación de la vértebra en cuestión y algunas pruebas sencillas como mover la cabeza de un lado a otro, de arriba a abajo, y levantar las dos piernas, una cada vez, estando acostado boca abajo en una camilla.

Finalmente, llega el momento de la verdad. Me senté en el borde de esta camilla, con las piernas abiertas y las manos sobre los muslos, la Atlasprof se situó delante de mi, asiendo mi cabeza con su mano izquierda y advirtiéndome que podía sentir algo de dolor durante uno o dos minutos, que es lo que dura la operación para corregir o alinear el atlas. Con la mano derecha utiliza un aparato que parece una pequeña fresa para madera y que masajea la zona donde es aplicado, con una punta giratoria. El procedimiento consiste en aplicar presión con el aparato mencionado en algunos puntos especificos detrás de las orejas y en la nuca para que los músculos recoloquen la vértebra por si mismos. No se ejerce contacto con la columna directamente, no hay incisiones ni nada parecido. La sensación es dolorosa pero no insoportable, porque se hace mucha presión con el artilugio hasta que todo queda en su sitio.

Luego de esto, me levanté y me indicaron que hiciera nuevamente los movimientos de cabeza del inicio. Comprobé sorprendido que podía girar más que antes y sin sentir tensión en los hombros! Nos hablaron de un “efecto globo”, es decir, la sensación de tener la cabeza “llena de aire” por la mayor circulación sanguínea en la zona producto del dejar de comprimir ciertas arterias y venas de la zona. En mi caso no fue tan evidente. Me aplicó un poco de árnica en las zonas de presión para minimizar el dolor y eso es todo. Después se paga, y antes de irnos, se nos indicó que deberíamos volver en unas semanas para comprobar que la evolución es correcta (lo cual está incluído en el precio).

El segundo efecto que noté fue el de sentir que mi postura había mejorado un poco. Tiendo a andar con los hombros hacia adelante (motivo principal de la consulta, después de haber ido donde innumerables ortopedistas, quiroprácticos y demás sin experimentar ninguna mejora permanente) y después de esto, pude ver como a mi cuerpo ya no le costaba tanto estar erguido.

Se habla de que hay que esperar algunos días, semanas o quizá meses, dependiendo del estado de salud de la persona, para notar cómo la columna comienza a realinearse, gracias a la nueva posición del atlas, por lo que aquel que vaya esperando efectos inmediatos, puede quedar un poco decepcionado, aunque, según me decían, se han visto casos de este tipo.

Hoy es el segundo día. La noche anterior pude dormir bien y no desperté con la espalda media dolorida, como solía hacerlo antes del tratamiento. El dolor de la nuca y detrás de las orejas persiste, además de una sensación de cansancio en la espalda, reacciones normales según nos explicaron. También he sentido pinchazos y dolor en distintas partes del cuerpo, como los antebrazos, las piernas y la misma nuca, en algunas ocasiones agudos aunque de corta duración, y en otras moderado.

También hoy recibí un masaje terapéutico (por recomendación de la Atlasprof que nos atendió) por parte de una experta en medicina china y oriental, con la instrucción expresa de que no me tocara la nuca, por el dolor que he referido líneas arriba. Me comentó que en osteopatía también hay técnicas para re-equilibrar el atlas, junto con el occipital y el sacro, pero que son complicadas por la naturaleza “escurridiza” de esta vértebra. Lo mejor fue que me notó muy bien a nivel físico y energético. El masaje acelera el proceso de sanación y alineamiento del cuerpo.

En el momento de escribir estas líneas, tengo sensación de sueño, en parte por la reacomodación del atlas, en parte por el masaje recibido, que ayuda a mejorar y corregir los flujos de energía, y de ahí la sensación de cansancio (que ya había experimentado en sesiones anteriores). También me he notado algo irascible, aunque no en proporciones alarmantes.

Seguiré contando mis impresiones a medida que vaya pasando el tiempo. Lo más posible sea que esté nuevamente en la consulta en la primera semana de mayo, para controlar mi evolución.

La pregunta correcta

Ayer vi una película que me andaba “rondando” desde hacía tiempo, pero que por una u otra cosa, la había ido aplazando. Sin embargo, entendí, cuando por fin pude verla, cual era la razón de no haberla visto antes… Estoy hablando de “The hitchhiker´s guide to the Galaxy” o “La guía del autoestopista galáctico”, que está basada en un libro del mismo nombre escrito por Douglas Adams.

No voy a contar detalles de la película, porque lo mejor es sacar dos horas y disfrutarla. De lo que si voy a hablar es de los mensajes que pude entender o extraer. Aparte de una historia algo disparatada y en ocasiones aparentemente sin sentido, hay ciertos apartes que son realmente reveladores para el que los sepa entender. Cosas como la escena en que los protagonistas comienzan a pensar y surgen una especie de matamoscas gigantes del suelo y les golpean cada vez que tienen una idea (no cuestiones al sistema, solo vive según las reglas), o el pez babel (ese que permite entender cualquier lengua, una especie de interfaz universal con el mundo), aunque lo más impactante es el super computador al que le formulan una pregunta para que explique el mundo, la razón de la vida. Lo mejor es la respuesta: “42” dice, sin que nadie entienda qué significa.

En las últimas semanas aprendí que las respuestas a todas nuestras preguntas están listas, pero lo que pasa es que nunca sabemos formular la pregunta correcta, esa que contiene toda la información necesaria para obtener una respuesta clara, directa y sin posibilidad de duda. Somos muy generalistas, queremos resolverlo todo de golpe, sin darnos cuenta de los innumerables matices que rodean, como dirían los budistas, a todos los seres sensibles.

No basta pedir dinero, salud, pareja o lo que sea. Es importante saber por qué y para qué se piden. Por otro lado, por estar pensando siempre en escasez, nunca nos acordamos de agradecer por todo lo que tenemos y hemos recibido o vivido, es decir, sabernos en abundancia, por más necesidades que tengamos. Como decía mi padre: “no es más rico aquel que más tiene, sino el que menos necesita”.

Todos somos capaces de modificar la realidad a nuestro acomodo si sabemos cómo pedirlo y sobre todo, agradeciendo de corazón lo que ocurra. Es una forma de realimentar el sistema: si pasa, agradecemos para que lo que nos rodea “acuse recibo” y sea más fácil recorrer este camino de nuevo en la siguiente ocasión. Podemos entrenarnos para obtener lo que queramos, si sabemos formular la petición y esperar la respuesta sin prisas o agobios. El secreto está en preguntar adecuadamente…