Questionnaire

Un poema de Wendell Berry, una vez más, sobre la estupidez colectiva que campa cada vez más a sus anchas en esta sociedad enferma en la que vivimos. Para reflexionar:

Questionnaire

1. How much poison are you willing
to eat for the success of the free
market and global trade? Please
name your preferred poisons.

2. For the sake of goodness, how much
evil are you willing to do?
Fill in the following blanks
with the names of your favorite
evils and acts of hatred.

3. What sacrifices are you prepared
to make for culture and civilization?
Please list the monuments, shrines,
and works of art you would
most willingly destroy.

4. In the name of patriotism and
the flag, how much of our beloved
land are you willing to desecrate?
List in the following spaces
the mountains, rivers, towns, farms
you could most readily do without.

5. State briefly the ideas, ideals, or hopes,
the energy sources, the kinds of security,
for which you would kill a child.
Name, please, the children whom
you would be willing to kill.


Cuestionario

1. Qué tanto veneno está dispuesto
a comer para el éxito del libre
mercado y el comercio global? Por favor,
nombre sus venenos preferidos.

2. Por el bien de la bondad, cuanto
mal estaría dispuesto a hacer?
Complete los siguientes espacios en blanco
con los nombres de sus males y actos de odio favoritos.

3. Qué sacrificios está preparado a hacer
por la cultura y la civilización?
Por favor enumere los monumentos, templos
y obras de arte que destruiría voluntariamente.

4. En el nombre del patriotismo y
la bandera, cuanto de nuestra amada tierra está dispuesto a profanar?
Haga una lista en los siguientes espacios de
las montañas, rios, ciudades y granjas
de las que podría prescindir más facilmente.

5. Describa brevemente las ideas, ideales o esperanzas,
las fuentes de energía, los tipos de seguridad
por los cuales asesinaría a un niño.
Nombre, por favor, los niños a quienes
estaría dispuesto a asesinar.

Cerebros en Peligro

Este video de Documentos TV del Canal 2 de Televisión Española, nos muestra la preocupante tendencia hacia la estupidez colectiva, comprobada científicamente. Vale la pena verlo y reflexionar al respecto. Y para quienes quieren más, no dejo de recomendar la película Idiocracy de Mike Judge. Parece ficción, pero esa situación está cada vez más cerca de lo que creemos…

 

I forgot my phone

Me volví a encontrar con este video y me hizo reflexionar mucho, o mejor, muchísimo. Justo esta semana estuve en un concierto y la mayoría de la gente, en lugar de disfrutar la música y la interacción con los artistas, simplemente vivieron la experiencia a través de una pequeña pantalla… La oscuridad del auditorio se veía rota por destellos de luz que distraían y entristecían. Tal vez es hora de volver a nuestros cabales, porque de lo contrario, la estupidez colectiva finalmente nos ganará la partida.

Mediocridad

Hace un par de días me pasó algo que me puso a pensar, y dicho sea de paso, de bastante mal humor. No voy a mencionar nombres porque no viene al caso, pero si la situación para que ustedes mismos saquen sus conclusiones.

Se me acerca alguien un domingo por la tarde a pedirme un favor: mi hijo tiene un examen de inglés el martes y “casualmente” ha conseguido las preguntas, pero no sabe cómo resolverlas. ¿Podrías por favor resolver el examen para que pueda estudiar (léase memorizar) las respuestas antes del día de la prueba?

Si bien es cierto que la educación cada vez está peor, hay habilidades que no se pueden o deben “falsear”, es decir, hacerle creer a otros que sabemos de lo que estamos hablando. Una de ellas son los idiomas, especialmente los más importantes: inglés, francés o alemán. Así no aprendamos nada más en el colegio o universidad, una de las cosas que puede significar la diferencia entre conseguir un trabajo decente y poder ascender e incluso viajar, es la de saber inglés. La importancia de los demás conocimientos, aunque sé que muchos se llevarán las manos a la cabeza, es relativa, ya que podremos, con experiencia y práctica, adquirir una serie de habilidades que podremos utilizar en cada trabajo u ocupación que elijamos.

Se estarán preguntando qué hice. Pues bien, simplemente respondí: “Lo que puedo hacer es que tu hijo resuelva el examen y luego lo leeré para corregir lo que esté mal”. A primera vista, es un poco lo que me habían pedido, pero en realidad hay una diferencia sutil pero importante: el hecho de tener que “hacer” el examen, así sea una vez y mal, hace que quien lo resuelve aprenda aunque sea un mínimo y le suene lo que está leyendo. Sé que no es mucho, pero tampoco se trataba de hacer yo el examen para que esta persona simplemente se lo aprendiera de memoria.

Esta situación podría ser coloquial y hasta chistosa, pero denota la mediocridad, la falta de planificación, de interés y un total desprecio por el esfuerzo y tiempo de las personas, lo cual desde mi punto de vista, es altamente preocupante. Como sabemos que “todo está en Internet”, ya no nos preocupa aprender nada, y lo que es peor, no valoramos el conocimiento de los demás, disponiendo de el de manera irresponsable. Por algo la cultura del “todo gratis” triunfa por estas tierras. ¿Cómo vamos a pagar / reconocer el esfuerzo si para nosotros su trabajo no vale nada?

Si las futuras generaciones tienen todas este pensamiento (espero que no), y perdón por lo que voy a decir, pero estamos jodidos…

Tercos y encima tontos

Dicen que no hay peor ciego que el que no quiere ver. Esta afirmación, aunque muy trivial y usada en nuestros tiempos, adquiere una nueva dimensión cuando la vivimos de cerca, es decir, cuando hay situaciones que se repiten una y otra vez sin que podamos hacer nada para evitarlas.

En estos casos no valen argumentos de ningún tipo, ni la resistencia pasiva, ni las demostraciones irrefutables. El resultado siempre es el mismo: aquellas personas que no pueden (o no quieren, que es peor) ver una realidad evidente me resultan especialmente molestas. Si bien me gusta aplicar la compasión con aquellas situaciones que me resultan difíciles de entender, el lidiar con este tipo de casos es, hasta ahora, superior a mi. Me sigue molestando y enfureciendo la insistencia con que algunos quieren darle importancia (y obligar a otros a que lo vean de la misma manera) a momentos o ideas que son relevantes única y exclusivamente para ellos.

Si hablamos de ideas abstractas como la política, puedo llegar a entender la disparidad de criterios, ya que todo depende de la óptica y del grado de afectación o impacto que pueda tener una u otra propuesta en cada persona, pero cuando el tema pasa al terreno de lo familiar o personal, el aplicar la tolerancia infinita se hace muy difícil, ya que la única manera de que nos dejen en paz es haciendo lo que les parece correcto a estas personas, lo cual implica automáticamente (para ellos) que dejemos de pensar o hacer lo que nos parece correcto a quienes están tratando de forzar, perdón, convencer.

El ver otras realidades y trascender estados de conciencia primitivos siempre ha sido el leit motiv de la raza humana, y sinceramente me es muy complicado entender a quienes insisten en darse golpes una y otra vez con el mismo cristal como la mosca que, atraída por la luz y por un impulso irrefrenable que no sabe de donde viene, insiste en hacerse daño por no poder pararse a pensar si lo que está haciendo es bueno para su vida o no.

¿Saben que es lo peor? Qué algunos, diciendo ser tan evolucionados y desarrollados, tienen un pequeño cerebro de insecto que limita su universo conocido a una luz borrosa y a un cristal invisible. Si quieren matarse a golpes, me parece fantástico. Todo el mundo es libre de elegir, ¡pero que nos dejen tranquilos a los que hemos decidido abrir la puerta o la ventana para pasar al otro lado!