La Tormenta Perfecta

Hace unas semanas (concretamente el 11 de octubre de 2011) un amigo me hizo llegar una especie de cronología de lo que puede ocurrir con la crisis mundial de los mercados y derivados bancarios, aparecida en la revista Forbes. Valga la pena mencionar que fue publicada mucho antes del mes de octubre, que es donde comienza a relatar los hechos que podrán leer a continuación. Como se verá, algunos de los hechos comentados ya han ocurrido, si bien no en el orden temporal especificado.

Se pueden suponer varias cosas: O que hay un guión pre-establecido para lo que se viene, que la situación se veía venir desde hace tanto tiempo que se pudo preveer con claridad lo que ocurriría, o que simplemente todas las piezas van cayendo como fichas de dominó y que se verá el efecto para quien así lo desee, y no se deje influir por los medios masivos de desinformación. Que cada uno saque sus propias conclusiones.

El mundo se encuentra al borde de un nuevo colapso financiero, que podría ser mucho más devastador que la crisis del 2008. Los numerosos problemas de la deuda soberana, con Grecia a la cabeza, crearán un caos económico de enormes dimensiones, según vaticinan múltiples expertos.

Cada crisis puede desarrollarse según varios escenarios. De acuerdo con la revista ‘Forbes’, el futuro económico no presagia nada bueno para el mundo.

El escenario se basa en el análisis retrospectivo que considera como punto de referencia el 1 de enero del 2013. ¿Qué pasará durante esos 15 meses?

Octubre del 2011. La crisis de la deuda pública en Europa conduce a que Grecia protagonice al primer impago en la UE. El FMI se niega a otorgar otro tramo de ayuda financiera a Grecia debido a los desacuerdos fundamentales con el Gobierno heleno. El presidente francés Nicolás Sarkozy y la canciller alemana Angela Merkel anuncian el inicio de las negociaciones para desarrollar un mecanismo para la salida de algunos países de la zona euro. Se ralentizan los préstamos interbancarios. Los índices mundiales pierden un 10-20%, el petróleo cuesta 60 dólares por barril. Los disturbios masivos empiezan en París y Turín.

Noviembre del 2011. Los bancos BNP Paribas, Unicredit, BBVA, Société Générale, WestLB cancelan el 50% de la deuda pública griega y anuncian las negociaciones con sus Gobiernos sobre la recapitalización. El sábado 26 de noviembre las agencias de calificación S&P, Moody’s y Fitch rebajan las calificaciones de los países europeos. La negociación en las bolsas se detiene hasta el 1 de diciembre. Los inversores se libran de los bonos a cualquier precio. El petróleo cae hasta 43 dólares el barril y el oro alcanza 2.400 dólares por onza. Protestas masivas se observan en Grecia y Portugal.

Diciembre del 2011. ‘Jueves negro’, el 1 de diciembre, las bolsas de valores están en caída libre. Portugal envía una propuesta a los inversores para prolongar todos los bonos por un periodo de entre 15 y 30 años. El Banco Central Europeo (BCE) anuncia la reducción de la tasa de refinanciación a un 0,25% y la supresión temporal de los requisitos de adecuación del capital de todos los bancos en la UE. El G-20 introduce la prohibición mundial de venta corta de acciones.

Enero del 2012. La crisis de deuda se convierte en una crisis bancaria global. Se nacionalizan Citigroup, Bank of America, Barclays, Societe Generale, Intesa y Unicredit. Los bancos estatales de China están en conversaciones para adquirir por un yuan los bancos JPMorgan Chase, BBVA, Wells Fargo, HSBC e ING. Los bancos de Rusia están en conversaciones para comprar por un rublo BNP Paribas y Morgan Stanley. Las manifestaciones coordinadas de los controladores del tráfico aéreo en Reino Unido, España, Alemania y Francia no permiten a millones de europeos a regresar de sus vacaciones. Después de negociaciones fallidas, los controladores se hacen con el control de la gestión del tráfico en el espacio aéreo de la UE.

Febrero del 2012. El costo de los productos alimenticios (arroz, trigo, soja) llega hasta un 150-190% de los niveles pre crisis. Los mercados son volátiles. Los índices varían el 3-6% todos los días. Warren Buffett compra el banco UBS por una suma simbólica de 100 dólares. Qatar anuncia la compra de Goldman Sachs. Se desarrolla una crisis de impago. En Europa circulan rumores sobre la limitación de entrega de euros, con el pánico y las colas en las sucursales bancarias de todo el continente.

Marzo del 2012. El BCE introduce nuevas reglas para la compra de deuda pública con pagos a plazos. El jefe de la Fed, Ben Bernanke, anuncia el programa de estímulo económico QE3 por 1,6 billones de dólares. Renuncias en los gobiernos de Italia y Grecia. Arrestan a Silvio Berlusconi. Manifestaciones en Francia y Alemania exigiendo la dimisión del Gobierno. Las interrupciones en el suministro  de frutas y hortalizas frescas desde el sur de Europa. Credit Suisse vende su participación mayoritaria al banco ruso Sberbank. Las principales bolsas declaran una transición temporal al ‘Trader’s Tuesday’: un día de negociación a la semana.

Abril del 2012. Hungría declara un impago y la reestructuración de su deuda. Disturbios en masa a causa del hambre en países africanos y asiáticos. El Parlamento Europeo no es capaz de votar la disolución de la Unión Monetaria Europea. Grecia declara su retirada unilateral de la zona euro el 1 de junio del 2012. 17 bancos en Europa, 13 en EE. UU. y dos en Japón se declaran en quiebra. Los gobiernos expresan su apoyo a los depositantes del banco y su incapacidad para salvar a los propios bancos.

Mayo del 2012. Renuncia de los gobiernos de España y Japón. Por primera vez en la historia de Francia una mujer se hace con la presidencia, Marine Le Pen llega al poder. Se agrava la crisis de impago. Rusia y China anuncian la creación de un fondo común para Europa, que va a comprar las empresas en quiebra en los sectores de energía y materias primas. Paridad entre el dólar y el euro.

Junio del 2012. La crisis de impago conduce a una interrupción del suministro a las tiendas de EE. UU. y Europa. La gente entra en pánico y adquiere compulsivamente productos de almacenamiento a largo plazo. Tiendas en Berlín, Londres, París y Cleveland agotan sus existencias. Los militares se hacen con el control de decenas de ciudades europeas y americanas debido al caos. Muchos europeos y americanos dejan de recibir sus salarios. La población de Europa se prepara para el invierno plantando legumbres en sus jardines. Restricciones a los retiros de efectivo de los bancos. El oro alcanza los 2.600 dólares por onza, el barril de petróleo se paga a 22 dólares.

Julio del 2012. El crece el costo de los alimentos. El hambre se incrementa en África, Indonesia y Bangladesh. Se revela un fraude masivo en Grecia durante la transición al euro, el Gobierno dimite. Suiza liga el franco suizo a la cotización del yuan. Vacaciones escolares anticipadas en Europa y EE. UU. Se introducen las cartillas racionamiento en Inglaterra, Francia, España e Italia. Los militares toman el control de la entrega y distribución de alimentos en toda la UE. Para evitar las manifestaciones los gobiernos bloquean redes sociales. El petróleo baja a los 19 dólares por barril.

Agosto del 2012. En los países del G-7 solo quedan unos pocos bancos en funcionamiento. Dejan de trabajar hasta un cuarto de las empresas europeas y un tercio de las americanas y japonesas. Las reservas de divisas de China y Rusia se reducen en un 25-30%.

Septiembre del 2012. La muerte del presidente venezolano Hugo Chávez conduce a disturbios e interrupciones en los suministros de petróleo del país. El Congreso de EE. UU. aprueba el envío de tropas a Venezuela para mantener el orden. El petróleo sube a 48 dólares por barril.

Octubre del 2012. Rusia envía tropas a Venezuela para asegurar los intereses de las empresas y la seguridad de los ciudadanos rusos. La crisis venezolana se convierte en el enfrentamiento más grave entre Rusia y Estados Unidos desde la Crisis del Caribe de 1961. El oro sube por encima de 3.000 dólares la onza.

Noviembre del 2012. La reunión entre los líderes ruso y estadounidense en Reikiavik previene la escalada de la crisis venezolana. EE. UU. y Rusia retiran sus tropas de la zona de conflicto. Manifestaciones masivas anti-rusas y contra el Gobierno en EE. UU. Con el fin de evitar las protestas organizadas en todo el mundo, los servicios de seguridad nacional presentan una lista de sitios que deben ser bloqueados por los proveedores.

Diciembre del 2012. En las elecciones presidenciales de Estados Unidos gana el tándem republicano Newt Gingrich – Michele Bachmann. Se limita casi completamente el acceso a las redes sociales. Los ministros de finanzas del G-20 adoptan un plan conjunto para reanimar la economía global. Se logra una relativa estabilización. En 2012 el PIB de los países de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) se reduce en promedio un 16%, el de los países BRICS un 8%. El oro cuesta 2.450 dólares por onza, el petróleo se sitúa en los 25 dólares por barril.

El día después

El otro día comentaba con una persona conocida que me gustaría mucho que la crisis financiera explotara de una vez por todas, no por ningún afán efectista o demagogo, sino porque tengo curiosidad por saber que pasaría después, sobre los efectos que la caída del sistema bajo el que hemos vivido durante tantos años ocasionaría en la vida cotidiana de las personas de a pie.

Por una parte, la incertidumbre de  no saber exactamente cómo proceder en caso de la desaparición de los intermediarios financieros genera una incomodidad bastante grande, ya que hoy por hoy es muy poca la gente que se imagina la vida sin bancos o dinero físico. ¿De donde provendrían los recursos para financiar empresas o el consumo? ¿Cómo valoraríamos la cantidad de una mercancía para obtener otra? El trueque, si bien suena bastante atractivo, es, en términos prácticos, un sistema bastante engorroso.

Pero por otra, tengo una gran curiosidad de saber cual será el desenlace y el principio de otra etapa, de esas que se han repetido muchas veces en la historia, pero que por ignorancia o simple “comodidad” nos negamos a recordar, estudiar y sobre todo, tener en cuenta. No es la primera vez que el planeta afronta una crisis de estas proporciones, ni es esta la ocasión en que los supuestos “líderes” (nótense las comillas) se muestran totalmente incapaces para responder o actuar en consecuencia. Lo que si constituye una diferencia importante es el mayor flujo de información a disposición del ciudadano y ciudadana comunes y corrientes, que permiten a la vez tener más elementos de juicio y confundirse o perderse.

Y por último, creo firmemente que un factor determinante es la respuesta ciudadana ante los cambios que están ocurriendo. Si en situaciones similares anteriores, la gente asistía impotente ante los ires y venires de sus reyes o dirigentes, en este momento el poder popular está más fuerte que nunca, aunque también nos hayamos instalado en la comodidad de lo personal e individual, comprando la idea que nos han ido instilando lenta pero seguramente durante décadas: que el individuo como tal es incapaz de generar un cambio significativo en el conjunto de la sociedad, y ahogado en las redes del consumo como supuesta respuesta a nuestras inquietudes personales y espirituales.

¿Qué hacer? Lo dije antes y lo reitero ahora: parar el consumo compulsivo, aprovechar al máximo los recursos de los que disponemos y sobre todo, ejercer una mirada crítica sobre los fenómenos sociales y económicos que estamos viviendo, sin dejarnos asustar o influir por las noticias malintencionadas de casi todos los medios de comunicación. Hay que ser, hoy más que nunca, plenamente conscientes de nuestra propia realidad y papel en la sociedad, para actuar en consecuencia.

La causa (y solución) de todos nuestros problemas

Una vez más, el inmortal Jaime Garzón pone de manifesto que el sentido común es la mejor arma contra la ignorancia y la intolerancia reinante en estos tiempos del ruido. Sustituyan la palabra “Colombia” por el país, región o ciudad de su elección. Si hay términos que no comprenden, por el contexto podrán deducir su significado…

 

Decepción

No quería decirlo antes, pero lo sospechaba y de alguna manera, lo esperaba. Sin embargo, tenía la pequeñísima esperanza de que algo pudiera cambiar, que se removieran las conciencias y que todas las personas pudieran ver, así fuera fugazmente, que el cambio era posible y necesario, que en manos de todos y todas estaba el poder dar un timonazo que pusiera rumbo a otro lugar, no mejor ni peor, simplemente diferente.

Sin embargo, cuando se asentó el polvo de la “batalla”, los resultados fueron los mismos: los que estaban, permanecen, los que se oponían, ahora son quienes mandan (otra vez), y los que posiblemente podían constituirse en contrapeso o agentes catalizadores del cambio, quedaron relegados a un segundo plano (de nuevo).

¿Que ocurrió? No tengo ni idea. Tal vez habría sido más fácil explicarlo si no hubiese existido la presión social para cambiar, para decir basta, para que se pudiera ver que ya no estamos impasibles ante tantos abusos, desmanes, robos y demás. Pero al haber existido un movimiento que puso al descubierto el descontento general, las vergüenzas del sistema y sobre todo, la injusticia y sinrazón del mismo, cuando había una sensibilización previa, cuando parecía que mucha gente había entendido que era lo que pasaba realmente, pues no tiene ninguna explicación lógica.

¿Miedo? ¿Desidia? ¿Incredulidad? ¿O una hipocresía galopante? No quiero sacar conclusiones apresuradas. Tal vez fue una mezcla de todo, tal vez quienes habitamos en este país no estamos preparados para afrontar una nueva realidad diferente, en la que las personas volvamos a ser importantes, por encima de intereses monetarios o políticos. Tal vez ese nivel de madurez individual y colectivo no se ha alcanzado. Tal vez haya que tener paciencia y esperar un poco más. Sin embargo, tengo la sensación de que el tiempo se está acabando, y que cada oportunidad que se deja pasar puede ser la última que tengamos.

Y yo que pensaba que por una vez íbamos a pensar al unísono, cuidándonos los unos a los otros y haciendo escuchar nuestra voz a quienes dicen mandar sin autoridad moral… Iluso de mi. En fin, soñar no cuesta nada. Y parafraseando a Lampedusa, hemos “cambiado todo para que todo siga igual”. Que los Dioses, la Fuerza y todo lo que se pueda nos acompañe. Vamos a necesitar mucha pero que mucha ayuda para enfrentar lo que se nos viene encima…

Votar o morir

Al fin parece que la España profunda, esa que todavía le tiene miedo y apego a las dictaduras, está despertando. Parece que los abusos sin fin ni freno, la corrupción galopante, el desempleo que alcanza cotas extraordinarias, la miseria creciente, la destrucción de la clase media y la desaparición casi literal del futuro de los más jóvenes, han tocado techo. La indiferencia extrema y hasta surrealista está dando paso, lenta y gradualmente, todo sea dicho, a un estado de exaltación e indignación que por fin comienza a llenar calles y a hacerse oír entre el mar de estupideces y promesas que no se cumplirán de la clase política, ahora que estamos en vísperas de elecciones.

El ambiente va poco a poco caldeándose, sobre todo después de declaraciones prepotentes y orgullosas de uno de los candidatos “indirectos” (ya que, para los que no lo saben, estas elecciones no son generales sino regionales) diciendo que “hay que respetar a la clase política”, esa misma que roba y legisla a su antojo, para favorecer a los de siempre, dejando a las personas de a pie cada vez más desprotegidas, apelando a la impotencia y al “uno como individuo no puede hacer nada” que ha imperado durante mucho tiempo.

Esas mismas personas se (nos) han (hemos) cansado: de que nos traten de idiotas, de que dispongan de nosotros, de que no cuenten con nuestra opinión o que se acuerden de que existimos sólo cuando necesitan “legitimar” sus fechorías a través de la farsa de las elecciones. Farsa? Preguntarán algunos/as. Si, farsa, porque en este país la ley electoral está diseñada para favorecer a los poderosos y los supuestamente más votados. El voto en blanco o la abstención no tienen el efecto de contrapeso que deberían, y las leyes son tan enredadas que es difícil expresar la voluntad popular si no se sabe que ocurre en realidad con las papeletas y los votos emitidos. Tomo el caso de lo que ocurrió en Navarra en 2007, cuando el candidato del PSOE obtuvo una victoria que le legitimaba para gobernar, siempre y cuando pudiera aliarse con algunos movimientos de izquierda y de corte nacionalista. Como su “casa matriz” no le autorizó a esto, porque no interesaba o porque vaya uno a saber que intereses ocultos estaban en juego, el candidato más votado simplemente desapareció de la escena, dejando a los de siempre donde siempre. Inaudito? No. Es lo “normal”…

Entonces, por qué pido que se vote este domingo? Fácil. Así sea una farsa, quedan dos opciones con las que los ciudadanos podemos ejercer el poder y dar una lección a aquellos que creen que no sabemos nada: la primera, que siempre he defendido, es la del consumo responsable. Si quitamos las ganancias obscenas que tienen muchas multinacionales gracias a nuestras compras impulsivas y en la mayoría de los casos, innecesarias, se verían obligadas a repensar su negocio. Y por otro lado, si votamos a otra formación política diferente a los mismos partidos que han ocasionado esta situación, es posible que se vean obligados a negociar y a pactar, y que el poder ilimitado que solían tener llegue a su fin.

Esta tarde estaba imaginando un reparto de poder “ideal”: 30% para un partido mayoritario, 30% para el otro y el resto (un 40%) dividido entre pequeños grupos y formaciones alternativas. Con ello la negociación sería imperativa e imprescindible. ¿Suena idílico? No tanto. Es posible conseguirlo. Hay que votar y decidir, para evitar que lo hagan otros por ti. Adelante. No cuesta nada, no duele y los beneficios pueden ser considerables. No hagas lo de siempre, no votes por inercia. Contribuye al cambio. Y claro, nada de votos nulos o abstención. Eso es lo que quieren los que están en el poder: aprovechar la indiferencia. De ti depende…