An Elegant Lady eating Ossobucco

En estas últimas semanas la vida se ha encargado, no sé si amable o despiadadamente, de recordarme que ocuparse de lo realmente importante es lo único necesario para continuar transitando por este plano de una manera tranquila. Y no me refiero a asumir una actitud seria y de pesadrumbre ante lo que pasa, olvidando todo lo demás. Por el contrario, el darse cuenta (una vez más) de todas las distracciones que buscamos activamente para evitar ocuparnos de lo que ES, ayuda mucho a volver a recuperar el centro cada vez con menos esfuerzo para evitar el fatalismo con que solemos asumir todo aquello que nos aleja del supuesto “bienestar” o “placer” que tanto anhelamos.

Esta experiencia es lo que es, y si finalmente aprendemos a verla tal cual, el supuestamente inevitable sufrimiento se evaporará como el rocío matinal cuando comienza a brillar el sol: de manera grácil y sin apenas esfuerzo.

Si seguimos prestando atención a aquello que nos distrae de ver la realidad que tenemos frente a nosotros, o a todos los filtros que nos empeñamos en usar para edulcorar la experiencia real de existir, la cadena de desventuras que nos espera es infinita y variada.

Eso si, nadie puede hacerlo por nosotros. Qué se necesita? Paciencia y persistencia, o como dijo el Maestro, una seriedad y compromiso sin límites…

Simplifica, estúpido!

Al final, nos hemos vuelto expertos en el arte de hacer difícil lo fácil y complicado lo simple.

Lo curioso es que la vida nos enseña, una y otra vez con infinita paciencia (eso si, subiendo el volumen cada vez…), que no es necesario enrevesar las cosas para hacerlas agradables / disfrutables / dignas de nuestra atención / mostrables en público, y que el volver a los orígenes en los que lo esencial era lo único necesario para vivir (sin ningún tipo de adjetivo al lado, tales como “dignamente”, “feliz”, “cómodamente”, etc.), es la única tarea en que podríamos invertir algo de tiempo y esfuerzo para ver algún tipo de efecto benigno…

Las dos cosas más importantes a tener en cuenta

Esta semana estuve conversando con alguien bastante particular y mencionó estas dos frases para pensar, o mejor, para vivir de acuerdo a ellas sin pensar demasiado:

“Sólo debes ocuparte de las cosas verdaderamente importantes,
sin embargo, no olvides que no hay nada en este mundo verdaderamente importante”