Suma y sigue

Ayer fue asesinado otro ciudadano (más) a manos de ETA. Isaias Carrasco, ex-concejal de una pequeña población de la Comunidad Autónoma Vasca, ya no se encontraba participando en política y no tenía escolta (!), como si lo hacen todos los demás miembros de las colectividades que no comulgan con las ideas nacionalistas.

Me genera tristeza y a la vez rabia ver cómo estas cosas siguen pasando. Como hay gente que todavía piensa que matando a sus rivales solucionará sus problemas. Como el uso de la violencia es la única manera de defender un ideal político o social. Me produce asco ver como estos grupos se siguen financiando con dineros públicos “en aras de la democracia”, aprovechando la buena fe de los electores y los subterfugios legales para seguir delinquiendo. No entiendo como no condenan la violencia aquellos que ostentan cargos públicos, como no son capaces de alzar la voz y usar el sentido común para parar a los elementos más violentos de sus filas políticas por miedo o con la indiferencia que caracteriza a los cobardes.

Tal vez seré ingenuo, pero no creo que nadie crea firmemente que el asesinato, la amenaza y la descalificación pública son los medios adecuados y necesarios para convencer a unos u otros de cierta postura o ideales, del color que sean. Aquellos que ordenan estos actos ni siquiera tienen la valentía de llevarlos a cabo por si mismos, sino que tienen que recurrir a las mentiras y la ideología barata para convencer a uno o más jóvenes inexpertos e ignorantes de que la causa así lo requiere, y de que serán “mejores personas” si ejecutan estas barbaridades.

Hasta cuando los radicalismos? La intolerancia? Los anacronismos ideológicos? Estamos condenados a no poder vivir nunca en paz y armonía? Podremos evolucionar alguna vez hacia la convivencia pacífica, donde las ideas de unos pocos no agredan a los deseos de la mayoría?

Paz en la tumba de Isaias y fortaleza para sus familiares y amigos.