Silencio

A veces buscamos el silencio desesperadamente. Queremos huir de todo el ruido que nos rodea y asfixia. Quisieramos que todo cesara de golpe y que ese espacio que hemos perdido se viera libre de interferencias o cuerpos extraños. Pasamos mucho de nuestro tiempo persiguiendo ese estado que creemos ideal, sin lograr atraparlo. Pero y qué pasa cuando lo conseguimos? El silencio puede ser un arma de doble filo muy peligrosa. Nos enfrenta con nosotros mismos: ante la ausencia de elementos distractores, sólo queda la verdad pura y descarnada. Y es entonces cuando comenzamos a buscar nuevamente la cacofonía incómoda de la que queríamos deshacernos a toda costa. No soportamos el estar con nosotros mismos, el vernos tal y como somos nos produce pánico. Nos resistimos a aceptarlo y casi nunca lo asimilamos.

“El vacío puede ser muy fértil” dicen, pero sabemos aprovechar esta ausencia de todo para volver a comenzar? O nos lanzamos frenéticamente, casi sin darnos cuenta, a buscar un atisbo de ese ruido blanco omnipresente pero a la vez tan reconfortante y conocido? Es dificil saber estar, más aún sabiendo que no está “bien visto”, que la introspección es cosa de locos o desadaptados, y que la sociedad es donde encontraremos la solución a la mayoría de nuestros problemas (!). Vana Ilusión. Al final, y todos lo sabemos, aunque no queramos aceptarlo, el principio y el fin de la razón de la existencia está única y exclusivamente en nuestro interior, ese lugar donde el silencio es el amo y señor, donde nada ni nadie puede alterar esa paz absoluta tan esquiva para la mayoría de nosotros, que insistimos en buscarla fuera. Entonces, pregunto, por qué no buceamos hacia dentro? Tememos descubrir la verdad? No queremos ver que la mayoría de las cosas en las que basamos nuestra existencia, llena de dolor y sufrimiento, son innecesarias? Por qué evitamos a toda costa encontrar nuestra versión de la felicidad?

Ya basta! Me cansa este ejercicio contínuo de negar nuestra propia naturaleza. De querer ir donde la corriente nos lleve. De agradar y fingir, para evitar ese vacío que es lo único que puede conducirnos a la verdad que lo explique todo. Y no es un concepto estándar que sirva a todos: cada uno tiene su propia y original visión de su propia realización. Pero, seré capaz de enfrentarme a mi mismo cuando encuentre ese lugar secreto tan bien custodiado?