Inedia y Decrecimiento

Justo llegando al segundo día de un ayuno de 72 horas que hemos institucionalizado mensualmente con Marcela, la reflexión sobre el dejar de consumir desenfrenadamente parece casi natural y hasta obligada. Hemos comprobado de primera mano que el dejar de comer, controladamente y con una preparación adecuada, por periodos de tiempo que varían desde 1 hasta 6 dias (en mi caso, el período más largo que he alcanzado hasta ahora) es muy beneficioso para la salud física y mental, pero más allá de las consideraciones obvias derivadas de la conveniencia de dejar de consumir alimentos, es inevitable pensar qué pasaría si aplicáramos la misma lógica a gran escala en nuestra vida cotidiana.

Y no me refiero a tonterías como apagar la luz por una hora (la ridícula “hora del planeta”) ni cosas parecidas. Hablo de cambios más profundos y duraderos: Días, semanas o hasta meses de evitar por completo el consumo superfluo (en otras palabras, sólo comprar o consumir lo que necesitamos para vivir), una actitud compulsiva hacia la reparación de todo aquello que se estropee antes de pensar en reemplazarlo, no desperdiciar comida en absoluto (comprar lo que vamos a comer, aprender a conservar, no hacer tanto caso a las fechas de caducidad, etc.), utilizar los medios de transporte de una manera racional: podemos ir andando, usando el transporte público o la bicicleta a donde quiera que necesitemos? Usar los servicios públicos racionalmente: reducir la duración de la ducha, tener dispositivos ahorradores, apagar las luces de los espacios donde no estemos, etc.

Lo anterior es extensible al consumo de información: es imprescindible pasar tantas horas al día conectados a la red, consumiendo todo tipo de contenidos que requieren de grandes cantidades de electricidad para estar disponibles? Es necesario tanto ruido físico y mental? Y yendo un poco más allá, por qué la manía de “racionar” o “proscribir” el silencio?

Obviamente, no hay que olvidar las circunstancias particulares de cada cual para decidir con buen juicio qué es viable y qué no, sin dejarnos engañar por la pereza o la inercia de lo que hemos hecho durante mucho tiempo.

Y claro, hay que tener en cuenta las consecuencias de las consecuencias, porque desafortunadamente, el mundo en el que vivimos está construido sobre la premisa de la inagotabilidad (o lo que es lo mismo, pensar que los recursos empleados para satisfacer nuestras necesidades, reales o inventadas, son “infinitos”), así que si hay un cambio importante en los patrones de consumo, muchas personas se verán afectadas de una u otra forma, que casi siempre es la razón por la cual no se emprenden cambios de envergadura.

Lo cierto es que el tiempo del despilfarro está llegando a su fin, hablando con benevolencia y sin alarmismos, nos guste o no. La situación actual nos ha mostrado de manera cruda y directa qué pasa cuando el consumo irresponsable se convierte en algo cotidiano e invisible, sin importar los efectos que tenga aquí o en otro lugar distante del mundo, una especie de efecto mariposa cuyas consecuencias son cada vez más catastróficas. La premisa es simple: O cambiamos ahora de manera gradual o dentro de poco nos veremos obligados a hacerlo de manera brutal.

En fin. Lo mejor es prepararse sin prisa pero sin pausa, porque inevitablemente llegará el momento en que las cuentas no cuadren de ninguna manera y nos percatemos, si somos observadores, que lo que se necesita para vivir con dignidad es mucho menos de lo que nos han hecho creer todo este tiempo y lo más importante, que hay suficiente para todos…

 

La Tormenta Perfecta

Hace unas semanas (concretamente el 11 de octubre de 2011) un amigo me hizo llegar una especie de cronología de lo que puede ocurrir con la crisis mundial de los mercados y derivados bancarios, aparecida en la revista Forbes. Valga la pena mencionar que fue publicada mucho antes del mes de octubre, que es donde comienza a relatar los hechos que podrán leer a continuación. Como se verá, algunos de los hechos comentados ya han ocurrido, si bien no en el orden temporal especificado.

Se pueden suponer varias cosas: O que hay un guión pre-establecido para lo que se viene, que la situación se veía venir desde hace tanto tiempo que se pudo preveer con claridad lo que ocurriría, o que simplemente todas las piezas van cayendo como fichas de dominó y que se verá el efecto para quien así lo desee, y no se deje influir por los medios masivos de desinformación. Que cada uno saque sus propias conclusiones.

El mundo se encuentra al borde de un nuevo colapso financiero, que podría ser mucho más devastador que la crisis del 2008. Los numerosos problemas de la deuda soberana, con Grecia a la cabeza, crearán un caos económico de enormes dimensiones, según vaticinan múltiples expertos.

Cada crisis puede desarrollarse según varios escenarios. De acuerdo con la revista ‘Forbes’, el futuro económico no presagia nada bueno para el mundo.

El escenario se basa en el análisis retrospectivo que considera como punto de referencia el 1 de enero del 2013. ¿Qué pasará durante esos 15 meses?

Octubre del 2011. La crisis de la deuda pública en Europa conduce a que Grecia protagonice al primer impago en la UE. El FMI se niega a otorgar otro tramo de ayuda financiera a Grecia debido a los desacuerdos fundamentales con el Gobierno heleno. El presidente francés Nicolás Sarkozy y la canciller alemana Angela Merkel anuncian el inicio de las negociaciones para desarrollar un mecanismo para la salida de algunos países de la zona euro. Se ralentizan los préstamos interbancarios. Los índices mundiales pierden un 10-20%, el petróleo cuesta 60 dólares por barril. Los disturbios masivos empiezan en París y Turín.

Noviembre del 2011. Los bancos BNP Paribas, Unicredit, BBVA, Société Générale, WestLB cancelan el 50% de la deuda pública griega y anuncian las negociaciones con sus Gobiernos sobre la recapitalización. El sábado 26 de noviembre las agencias de calificación S&P, Moody’s y Fitch rebajan las calificaciones de los países europeos. La negociación en las bolsas se detiene hasta el 1 de diciembre. Los inversores se libran de los bonos a cualquier precio. El petróleo cae hasta 43 dólares el barril y el oro alcanza 2.400 dólares por onza. Protestas masivas se observan en Grecia y Portugal.

Diciembre del 2011. ‘Jueves negro’, el 1 de diciembre, las bolsas de valores están en caída libre. Portugal envía una propuesta a los inversores para prolongar todos los bonos por un periodo de entre 15 y 30 años. El Banco Central Europeo (BCE) anuncia la reducción de la tasa de refinanciación a un 0,25% y la supresión temporal de los requisitos de adecuación del capital de todos los bancos en la UE. El G-20 introduce la prohibición mundial de venta corta de acciones.

Enero del 2012. La crisis de deuda se convierte en una crisis bancaria global. Se nacionalizan Citigroup, Bank of America, Barclays, Societe Generale, Intesa y Unicredit. Los bancos estatales de China están en conversaciones para adquirir por un yuan los bancos JPMorgan Chase, BBVA, Wells Fargo, HSBC e ING. Los bancos de Rusia están en conversaciones para comprar por un rublo BNP Paribas y Morgan Stanley. Las manifestaciones coordinadas de los controladores del tráfico aéreo en Reino Unido, España, Alemania y Francia no permiten a millones de europeos a regresar de sus vacaciones. Después de negociaciones fallidas, los controladores se hacen con el control de la gestión del tráfico en el espacio aéreo de la UE.

Febrero del 2012. El costo de los productos alimenticios (arroz, trigo, soja) llega hasta un 150-190% de los niveles pre crisis. Los mercados son volátiles. Los índices varían el 3-6% todos los días. Warren Buffett compra el banco UBS por una suma simbólica de 100 dólares. Qatar anuncia la compra de Goldman Sachs. Se desarrolla una crisis de impago. En Europa circulan rumores sobre la limitación de entrega de euros, con el pánico y las colas en las sucursales bancarias de todo el continente.

Marzo del 2012. El BCE introduce nuevas reglas para la compra de deuda pública con pagos a plazos. El jefe de la Fed, Ben Bernanke, anuncia el programa de estímulo económico QE3 por 1,6 billones de dólares. Renuncias en los gobiernos de Italia y Grecia. Arrestan a Silvio Berlusconi. Manifestaciones en Francia y Alemania exigiendo la dimisión del Gobierno. Las interrupciones en el suministro  de frutas y hortalizas frescas desde el sur de Europa. Credit Suisse vende su participación mayoritaria al banco ruso Sberbank. Las principales bolsas declaran una transición temporal al ‘Trader’s Tuesday’: un día de negociación a la semana.

Abril del 2012. Hungría declara un impago y la reestructuración de su deuda. Disturbios en masa a causa del hambre en países africanos y asiáticos. El Parlamento Europeo no es capaz de votar la disolución de la Unión Monetaria Europea. Grecia declara su retirada unilateral de la zona euro el 1 de junio del 2012. 17 bancos en Europa, 13 en EE. UU. y dos en Japón se declaran en quiebra. Los gobiernos expresan su apoyo a los depositantes del banco y su incapacidad para salvar a los propios bancos.

Mayo del 2012. Renuncia de los gobiernos de España y Japón. Por primera vez en la historia de Francia una mujer se hace con la presidencia, Marine Le Pen llega al poder. Se agrava la crisis de impago. Rusia y China anuncian la creación de un fondo común para Europa, que va a comprar las empresas en quiebra en los sectores de energía y materias primas. Paridad entre el dólar y el euro.

Junio del 2012. La crisis de impago conduce a una interrupción del suministro a las tiendas de EE. UU. y Europa. La gente entra en pánico y adquiere compulsivamente productos de almacenamiento a largo plazo. Tiendas en Berlín, Londres, París y Cleveland agotan sus existencias. Los militares se hacen con el control de decenas de ciudades europeas y americanas debido al caos. Muchos europeos y americanos dejan de recibir sus salarios. La población de Europa se prepara para el invierno plantando legumbres en sus jardines. Restricciones a los retiros de efectivo de los bancos. El oro alcanza los 2.600 dólares por onza, el barril de petróleo se paga a 22 dólares.

Julio del 2012. El crece el costo de los alimentos. El hambre se incrementa en África, Indonesia y Bangladesh. Se revela un fraude masivo en Grecia durante la transición al euro, el Gobierno dimite. Suiza liga el franco suizo a la cotización del yuan. Vacaciones escolares anticipadas en Europa y EE. UU. Se introducen las cartillas racionamiento en Inglaterra, Francia, España e Italia. Los militares toman el control de la entrega y distribución de alimentos en toda la UE. Para evitar las manifestaciones los gobiernos bloquean redes sociales. El petróleo baja a los 19 dólares por barril.

Agosto del 2012. En los países del G-7 solo quedan unos pocos bancos en funcionamiento. Dejan de trabajar hasta un cuarto de las empresas europeas y un tercio de las americanas y japonesas. Las reservas de divisas de China y Rusia se reducen en un 25-30%.

Septiembre del 2012. La muerte del presidente venezolano Hugo Chávez conduce a disturbios e interrupciones en los suministros de petróleo del país. El Congreso de EE. UU. aprueba el envío de tropas a Venezuela para mantener el orden. El petróleo sube a 48 dólares por barril.

Octubre del 2012. Rusia envía tropas a Venezuela para asegurar los intereses de las empresas y la seguridad de los ciudadanos rusos. La crisis venezolana se convierte en el enfrentamiento más grave entre Rusia y Estados Unidos desde la Crisis del Caribe de 1961. El oro sube por encima de 3.000 dólares la onza.

Noviembre del 2012. La reunión entre los líderes ruso y estadounidense en Reikiavik previene la escalada de la crisis venezolana. EE. UU. y Rusia retiran sus tropas de la zona de conflicto. Manifestaciones masivas anti-rusas y contra el Gobierno en EE. UU. Con el fin de evitar las protestas organizadas en todo el mundo, los servicios de seguridad nacional presentan una lista de sitios que deben ser bloqueados por los proveedores.

Diciembre del 2012. En las elecciones presidenciales de Estados Unidos gana el tándem republicano Newt Gingrich – Michele Bachmann. Se limita casi completamente el acceso a las redes sociales. Los ministros de finanzas del G-20 adoptan un plan conjunto para reanimar la economía global. Se logra una relativa estabilización. En 2012 el PIB de los países de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) se reduce en promedio un 16%, el de los países BRICS un 8%. El oro cuesta 2.450 dólares por onza, el petróleo se sitúa en los 25 dólares por barril.