Little Kaiju

Esta historia sobre el “pequeño monstruo” que habita en las máquinas expendedoras que hay en casi todos los sitios de Japón, me recordó todo eso que hemos olvidado: la fantasía, la inocencia y sobre todo, la alegría que se esconden detrás de todas las tragedias de la vida cotidiana. Muy del estilo de Taniguchi en “La Montaña Mágica”… (Vía Leo Babauta en G+)

Nintai

A veces, cuando pienso que las cosas no funcionan, mi mente se descontrola y comienza a crear una amplia gama de escenarios, cada cual más catastrófico y negro, que va proyectando ante mis ojos como un sombrío aviso de lo que puede esperarme. Sin embargo, al cerrar y volver a abrir los ojos, me percato de que estos pensamientos son como fuegos artificiales: mucha luz, color y ruido y un segundo después, nada de nada. Y ahí me centro en la realidad: lo que tengo delante, que es lo único que existe en ese momento. La paciencia es la clave y una virtud imprescindible, aunque a veces cueste trabajo caminar a su ritmo, que en ocasiones se me hace extenuantemente lento…

Japón (VIII)

Esta vez nos vamos al Museo de Cometas de Tokyo, damos una vuelta la galería comercial camino al templo de Asakusa, compramos algunas cosas en la calle Kappabashi (en las dos únicas tiendas que quedaban abiertas), famosa por ser el lugar para equipar cualquier negocio de comida y terminamos, rendidos de cansancio, en un café de estilo occidental cerca a la estación de Asakusa antes de volver al hotel.

Okuribito

Hace un rato terminé de ver esta película japonesa del director Yôjirô Takita (que por cierto no conocía), pero que tenía muchas ganas de ver desde que ganó el Oscar a la mejor película extranjera el año pasado. Tal vez no lo he comentado, pero me encanta la estética y el minimalismo del cine japonés, y a pesar de que existan películas un poco extrañas para la mente occidental, el intimismo que hay en ciertos directores como Beat Takeshi, hacen que valga la pena “arriesgarse” a explorarlo.

El título podría traducirse como “El que envía”. En español fue presentada como “Despedidas”, que se ajusta relativamente bien a la temática. La historia habla de Daigo Kobayashi, un cellista frustrado que después de que su orquesta se disuelva, vuelve a su ciudad natal y consigue un empleo bastante particular, realizando la ceremonia del Nôkan, que es algo así como el que prepara a los difuntos para ser depositados en el ataúd.

A partir de aquí comienzan a desarrollarse muchos acontecimientos que le hacen ver que la vida no es más que un soplo de aire dentro de la inmensidad del universo. Hay crisis, hay momentos tristes, complicados y alegres, pero al final el mensaje es que nada es tan difícil o insuperable.

Desde hace un tiempo reflexiono sobre la vida y la muerte, y ver esta historia me ha hecho pensar que definitivamente todos vamos hacia el mismo destino y que de nosotros depende el poder sacar lo mejor de nuestra existencia, sin obsesionarnos con objetivos imposibles o impuestos. La realización personal es un asunto muy íntimo en el que nadie debe o puede inmiscuirse, porque de los errores derivados de estas intromisiones puede depender la felicidad o la fatalidad de una vida, que al final es lo único y más importante que poseemos.

A veces me veo inmerso en tantas insignificancias que me alejan de la contemplación y el sosiego que pierdo la perspectiva y creo que con tener o lograr podré sentirme bien. Craso error! Lo bueno es que cada vez soy mas consciente de estas distracciones y vuelvo al camino tranquilamente, sin fustigarme ni hacerme daño, hábito corriente hasta hace más bien poco tiempo.

Cual es el mensaje de esta pequeña obra maestra? Para mi, aparte de la fugacidad de la vida, es que podemos convertir en una obra de arte cualquiera de nuestros actos, por increíbles o extraños que parezcan a los ojos de los demás. También ha renovado un tanto mi amor por la vida y me ha reconciliado con esa parte recalcitrante y exigente de mi mismo que sigue pensando que el éxito está en las metas pasajeras que nos han vendido como la razón de vivir. Lo mejor es deshacerse de odios y emociones que nos quiten la energía para concentrarnos en disfrutar y aprender, que al final de todo, fue lo que vinimos a hacer a este planeta.

Soplando virtualmente

En esta minimalista pero espectacular instalación del diseñador Tokujin Yoshioka para una de las tiendas de la cadena Hermès ubicada en Tokyo, podemos apreciar la belleza de la sencillez, sin que deje de asombrarnos. Se puede ver allí hasta el 19 de enero, por si alguien quiere pasarse…

El lugar correcto

Y más de Kosai Sekine. Esta vez un corto sencillo pero cargado de humor negro y, por qué no decirlo, esperanza para todos los que buscan su lugar en el mundo. Y sí, así son los “combinis” por la noche en Japón…